23/11/09

Lunes 23 de Noviembre del año en curso.

Cuando unos dedos se cansan tanto que se quieren cansar más.

I.
Yo creo que nos ha regresado.
Es que esta época tiene algo, te digo. Y no sé...
Con ganas de bouncear por los techos y hacer unos cuantos experimentos me acuerdo de ti pero no como antes, ahora más vívido, más nítido, más a lo mío.
¿Ink?
No, té
'S th'same, kid
¿O no? Porque con los dos hemos logrado escribir...ah no espera, sí pero no en el mismo sentido. Y si lo digo mal qué importa! que al final me has entendido Y ESE, mi estimado, ES EL PUNTO DE LA LENGUA ¿Si no cuál?
Te faltó un acento, réquiem! O últimatum ¿o cómo quieres que te llame?
¿Dónde está mi cuervo? Ha, no volverá....NUNCA MÁS.
¿Y tú? ¿dónde estás?

II.
Diez palabras homófonas en inglés, cinco números telefónicos y un niño sentado frente a mí.
¿Dime cómo he de explicar aquello cuyo sentido nunca divisé?
¿Por qué estoy escribiendo esto cuando debería estar leyendo?
¿Me darías otro gato?

Si pidieras perdón claramente te lo otorgaría, porque no tengo nada que perdonarte. Bueno, mejor no te perdonaría, porque no habría por qué perdonarte. El punto es que ya pasó, aunque no del todo. Porque bien dicen que el sabor no indica la sustancia ¿pero sí el efecto? Si me preguntas a mí, no te respondo. Simple.


III.
No, no hay debraye que cuente como tal.
Hay felicidad que cuenta como soltura.
Hay tristeza que cuenta como agotamiento.
Y agotamiento que es aletargamiento.

Hay que hacer constar que no me comprometo.
Porque si me comprometo quedo esclava.
Se hacen mis dueñas, me dejan sublevada.
Se hacen sublimes a mi vista...
Sublimes en mi lista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario