15/10/10

Devenir aire.

Nuevamente abro esas ventanas para comprobar que después de sus marcos todo sigue igual. Otra vez la esparanza rota y el aire esparcido en el suelo sin moléculas; mar.
Una vez más te leo y no te entiendo. Te redacto, te analizo, te escribo y no te imagino. Luego espero en ti la respuesta a mis preguntas respiratorias y el desenlace de mi fatídica historia. Pero cuándo...
Y me siento en los mismos sillones, con los mismos mallones bajo el mismo pantalón y sobre otra piel, una con nuevas células viejas. Y hay tela.
Espero a que llegues, mariposa y a que te vayas alacrán. Que devengas agua después de ser aire. Mejor. Que devengas nada después de serlo ya.
Mientras te espero. Te olvido. Te recuerdo. Te deseo y luego te borro de toda mente y de todo papel. Te destruyo. Te quemo. Pero eres fénix y regresas, con el mismo cabello de siempre, con los mismos ojos encubiertos en las mismas pestañas. Con la misma piel debajo del mismo oxígeno y sobre los mismos músculos. Y lates y respiras y sigues palpitando. Sigues tú.
Devenir, devenir...
Y quiero que te vayas, que el tú devenga la nada que ya fue, que ya será...