19/11/10

J.1

1) Si tuviera un mapa HOY pediría que le marcaran las rutas pero no de carreteras sino las que HOY sigue este mundo en el que nadie ayuda a un chico normal vendiendo periódicos pero sí le dan dinero a los corazones del teletón. Y si tuviera un deseo (en la bolsa, o donde fuere) sería lograr la liber-ación* de mí o quizá dar este paso atrás-adelante, romper con esa casilla en que tantas diferencias 'difirieron'. De menos quisiera poder dejar de ser culpada por no complacerme con las más metafóricas metáforas metaforizadas.

Carta B.

Repentinamente, como siempre, me doy cuenta del dolor que invade más músculos míos de los que en un principio creí. Y si ese referente cuenta como signo entonces quiero ser el tuyo, quiero llenarte rojo, romperte, salirme de ti pero por la boca y hacerte sentir que se te va todo. Quiero serte, que me escuches con las manos en los oídos, que quieras ser molécula tuya, un microbito de tu propio cuerpo.
Repentinamente quiero hacer lo que has hecho, quiero que me veas como yo te veo, que sientas por mí lo que me has dejado sintiendo. Quiero que me veas en un espejo, que seas mi pluma y mejor aún, que seas tu tintero, tu rizoma.
Repentinamente....gestar en ti la diferencia que se ha venido pensando, no dejar una palabra suelta ni una faltando, ser en esa tarde evanescente, ser y tiempo pero ese ser y ese tiempo y además, díganle que esto le falto: LUGAR. Ser entonces, como entonces y siempre donde entonces, detener la bombareidad del tiempo y no dejarlo crecer como las ramas del árbol aquél, no dejar que siga siendo a menos que sea Y.



Lamento decir(me) que esto se quedará siempre inconcluso, porque en el preciso momento en que me sentí inspirada (si es que se puede), en ese momento fui interrumpida por las crudas palabras reales capaces de hacerme recordar, retornar al principio (eternamente) con el que he comenzado... y entonces me pregunto si volvería a escribirlo y, Nietzsche, lamento decirte que no. NUNCA.