No sé cómo empezar. Estoy consiente de que no me puedo quejar toda la vida. No obstante, no me queda otra cosa por hacer.
Me gusta decir que las cosas andan muy bien. Que por aquí el cielo es de un azul profundo que hacen que a uno le den ganas de sumergirse en él para siempre. Por momentos me la creo, cuando veo en los ojos de cierta persona todo se cubre con una manta-escenario que no deja más que escenas de un país casi como el de las maravillas. Pero las cosas en sí son diferentes.
No diré tampoco que todo esto ha dejado de ser lo malo en potencia para ser la esencia de lo malo, porque no es así. De alguna manera he aprendido a sobrevivir en esto que me han impuesto con el nombre de mundo....y aunque me gustaría imponérmele yo, lo cierto es que no puedo con tantas cabezas.
Todavía tengo algo de aire, de cualquier manera.
Por ahora me retiro, quizá para volver pronto, quizá no, pero igual me voy.